Fruto de la conflictividad municipal, pasó a ser una avenida de referencia y cayó en la decadencia. Te lo contamos.
Sabéis que nos gusta repasar episodios históricos, ya que una visita turística queda muy plana sin saber el trasfondo que hay en lo que vemos. Hoy hablaremos de el Paral·lel, una de las avenidas más conocidas de Barcelona, la cual tiene un pasado sorprendente. Su nombre es debido a coincidir con el paralelo 41 de la tierra, pero esta vía nos ofrece muchas más curiosidades.
- El orígen: una discusión con el ayuntamiento y una mejor ubicación
- El nacimiento del teatro en el Paral·lel
- ¿La competencia al teatro snob de Passeig de Gràcia?
- Orígen de algunas canciones/obras que conocemos popularmente
- El Para·lel durante la Gran Guerra
- ¿Y durante la Guerra Civil?
- La muerte del Paral·lel
- El Paral·lel, en vídeos antiguos y en entrevistas
- Otros artículos que pueden interesarte
- ¿Y cual es tu opinión sobre El paral·lel?

El orígen: una discusión con el ayuntamiento y una mejor ubicación
¿Por qué surgió allí y cuando? Pues, básicamente, por dos motivos que confluyeron en él sin que supieran uno del otro.
Tu quieres una calle, yo quiero un edificio
El primero fue un conflicto entre los propietarios de los terrenos y el Ayuntamiento, a finales del siglo XIX. En ese momento, la zona de el Paral·lel se encontraba en la periferia de la ciudad, a los pies de Montjuïc, en una zona de campos. El Ayuntamiento decidió que era el lugar más apropiado para hacer una gran avenida.
Pero, si tu eres propietario de un campo en esa zona, lo que quieres es construir una casa y venderla a trozos, sacando una buena tajada. Si el Ayuntamiento te la expropia para hacer una calle, cobras mucho menos que si haces tu sueño constructor.
Y así empieza una discusión que quedaría en unas tablas provisionales: el Ayuntamiento permitió a los propietarios construir unas casetas provisionales para hacer funciones de almacén y así servir a la industria. Pero los propietarios supieron sacar mejor negocio a esos almacenes.

Mejor ubicada, imposible
¿Conoces los alrededores del Paral·lel? De un lado, el Raval. Este barrio fue, en su momento, las afueras de la Barcelona amurallada. Se trazó como lugar para la industria y para que los obreros de esta industria vivieran en él.
Del otro lado, Poble Sec, zona de campos e industrias en el siglo XIX. Y también Montjuïc, zona alejada de Barcelona donde malvive gente al límite de la ley o etnias marginadas como los gitanos.
Y ¿dónde termina el Paral·lel? En el puerto. De este modo, encontramos por un lado obreros, por el otro gente de bajo nivel o incluso fuera de la ley, y de visita continúa los marineros. ¿No son, acaso, tres idóneos públicos para ofrecerles un ocio más canalla que el que ofrece el estirado ocio de las clases elitistas en el Passeig de Gràcia?

El nacimiento del teatro en el Paral·lel
Si ya tenemos la demanda, falta la oferta. Y todo empezó con pequeños puestos, muchos de ellos incluso itinerantes. Los espectáculos se basaban sobretodo en género gitano (flamenco) y en género “erótico”/canalla. Pero claro, lo que hoy veríamos como cualquier día en un programa de “Sálvame” en Tele5, en el siglo XIX era muy “irreverente”.
No pensemos que ninguna obra de teatro fuera subvencionada: el capitalismo allí era brutal. Si tu entrada era buena, sobrevivían. Sinó, duraban poco en escena.

¿La competencia al teatro snob de Passeig de Gràcia?
Barcelona ya había pasado por una zona de teatros populares: la Rambla. Sin embargo, estos teatros populares se juntaban con teatros de gran lujo y de lucimiento de grandes clases, como el Liceu o incluso el Teatro Principal.
Pero Barcelona crecía, y la construcción de l’Eixample favoreció que los “teatros pijos” se ubicaran más en Passeig de Gràcia. Pero las clases populares pedían sus teatros, más simplistas e irreverentes. Algo más de género “vodevil”. Y el Paral·lel era el lugar indicado para ubicarse.
Curiosamente, las clases burguesas también frecuentaban esta zona, ya que también les era más fácil evadirse. De este modo, en el inicio del siglo XX, en el Paral·lel conviven diversas clases sociales buscando la diversión.

Orígen de algunas canciones/obras que conocemos popularmente
En 1922 surge algo tan conocido como el espectáculo “Baixant de la Font del Gat”. También encontraremos otras canciones populares como “el señor Ramón (que empaita les criades)” , “Marieta de l’ull viu” y otras canciones conocidas por muchos de nosotros.
Personalmente las conocía pero no tenía ni idea de dónde venían. Todas estas son canciones que han ido pasando de generación en generación, sin saber qué simbolizaban. Pero en el fondo, no dejan de ser canciones que simbolizaban las relaciones sociales de la época. Hoy los niños las cantan y los padres nos planteamos hasta qué punto son buenas enseñanzas.

El Para·lel durante la Gran Guerra
La Primera Guerra Mundial fue un impulsor para esta zona. Debemos tener presente que España es neutra, de modo que Barcelona es una de las ciudades más cerca de la guerra sin estar en guerra. Y el Paral·lel hacía su función.
Con un mundo en llamas, la gente necesita evadirse. Y así, el Paral·lel fue el lugar de evasión de muchos europeos que trataban de olvidar las crueldades vividas. Incluso también fue el refugio de grandes artistas que no podían ejercer en otros países en guerra. Sin embargo, quizá no era suficiente, y empiezan a entrar drogas cada vez más complejas.
¿Y durante la Guerra Civil?
El Paral·lel no escapo a esta cruenta guerra, pero no perdió su aura de «oasis de evasión». Durante toda la contienda, los bares, restaurantes y teatros permanecieron abiertos. ¡Incluso a pesar de los bombardeos continuos de la aviación franquista/nacional!
Pero la guerra también llegó a sus calles. El 19 de julio de 1936, ya en pleno alzamiento militar, el grupo de militares fue repelido en esta misma calle a la altura de donde hoy vemos el teatro El Molino.

La muerte del Paral·lel
Hoy el Paral·lel ya no es ni mucho menos lo que fue. Muchos han tratado de reanimarlo, pero sigue sin tener la vida de ocio que tuvo hasta los años 70. ¿Y qué le pasó a esta calle? Pues principalmente la TV. Con la irrupción de la TV, gran parte de su público cedió las noches a un ámbito más doméstico. Tampoco ayuda la irrupción del cine el cual es un importante competidor del teatro a medida que va ganando popularidad.
Tampoco el Ayuntamiento de Barcelona supo mantener este filón de oro. En la parte final, el Paral·lel también fue una zona con algunas discotecas. Las múltiples conflictividades y el hecho de ser ya una zona muy urbanizada, casi molestaba a los vecinos. La dictadura franquista no veía con buenos ojos este desordenado teatro, de modo que se posicionó en su contra.
Muchos de los teatros empezaron a cerrar las puertas de manera definitiva, como el Teatro Arnau. Otros, como el famoso Teatro Molino, cerraron las puertas pero con el tiempo lograron reabrirlo, tratando de hacer revivir el carácter del Paral·lel con más o menos éxito.
El Paral·lel, en vídeos antiguos y en entrevistas
Os dejamos un interesante vídeo que hemos encontrado en Youtube para ampliar la información que os hemos contado.
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