Japón se reconecta con el Mundo: tras la visita de Perry

Era Meiji: Nadie lo esperaba pero Japón sorprendió al mundo pasando de ser un país aislado a una de las mayores potencias en pocos años

En 1853, el almirante Matthew Perry llegó con sus barcos negros a la bahía de Edo (hoy Tokio) y sacudió los cimientos de un país que llevaba más de 200 años cerrado al mundo. Lo que vino después fue uno de los procesos de transformación más impactantes de la historia moderna: Japón pasó de un sistema feudal y aislado a convertirse en una potencia industrial y militar en apenas medio siglo.

Prepárate para viajar desde el último suspiro de los samuráis hasta las locomotoras, las fábricas y los trajes de tres piezas.

Te mostramos Nara, una de las antiguas capitales de Japón y donde puedes ver mucha de esta historia

Recuerda que tienes el periodo anterior resumido en este artículo sobre el Japón aislado del mundo.

El impacto de los barcos negros (1853–1854)

Cuando Perry llegó con su flota estadounidense (con vapor, humo, cañones y actitud de “firma esto o veremos”), Japón se dio cuenta de que el mundo había cambiado… y ellos no. En 1854, bajo cierta presión, el shogunato Tokugawa firmó el Tratado de Kanagawa, que abría puertos al comercio estadounidense. Poco después, vendrían tratados similares con otras potencias europeas.

Estos acuerdos, llamados «tratados desiguales», favorecían descaradamente a los extranjeros: no pagaban impuestos locales y no estaban sometidos a las leyes japonesas. Sí, una humillación diplomática con todas las letras.

El shogunato se tambalea

La firma de esos tratados y la percepción de debilidad provocaron una crisis interna. Las élites y sectores tradicionalistas comenzaron a cuestionar al shogunato Tokugawa por haber cedido ante Occidente.

Comenzó a escucharse un grito que ganaría fuerza:

「尊王攘夷」«Sonnō jōi» – Reverenciar al emperador, expulsar a los bárbaros.

La tensión entre el viejo orden feudal y los reformistas aumentó. En medio de revueltas, presión política y luchas de poder, el shogunato cayó en 1867. Fue el fin del Japón de los samuráis y el inicio de algo completamente nuevo.

La Restauración Meiji (1868): Japón pisa el acelerador

En 1868, con apenas 15 años, el emperador Mutsuhito sube al trono. Su reinado se conoce como la era Meiji («gobierno ilustrado»). Pero no te engañes: el joven emperador no gobernaba solo. Un grupo de consejeros reformistas (que sí sabían lo que hacían) puso en marcha un proceso revolucionario: la modernización total de Japón.

Principales cambios de la era Meiji:

Fin del feudalismo: se abolieron los señoríos feudales y los samuráis perdieron sus privilegios.
Nuevo sistema educativo: inspirado en Francia y Estados Unidos, obligatorio y laico.
Industria y transporte: se construyeron fábricas, ferrocarriles, puertos… Japón entró al capitalismo como si tuviera prisa.
Ejército moderno: adiós katanas, hola fusiles. El ejército pasó a manos del Estado y adoptó el modelo prusiano.
Constitución Meiji (1889): un intento de parecerse a Occidente también en lo legal. Se creó un parlamento (la Dieta) aunque el emperador mantenía mucho poder.

Japón, en resumen, se occidentalizó a toda velocidad sin perder su identidad nacional. Y lo hizo con una habilidad admirable.

Japón entra al club de las potencias (y lo hace fuerte)

En pocas décadas, Japón ya no era el país atrasado del siglo XVII. Con un ejército modernizado y una economía en crecimiento, empezó a mirar hacia sus vecinos como quien se da cuenta de que tiene músculo.

Japón ya no era solo moderno: era imperialista. Su rápida modernización le había convertido en una potencia… y quería demostrarlo. De hecho, uno de los grandes problemas para Japón fue llegar tarde al colonialismo: todo el pastel estaba repartido ya. Sin embargo, Japón decidió tomar parte de este pastel con algunos territorios de Corea o China. Esto llevará a algunos episodios bélicos donde Japón sale victorioso:

1894–1895: Guerra contra China. Japón gana y se anexiona Taiwán.
1904–1905: Guerra contra Rusia. Japón gana de nuevo. Primera vez que una potencia asiática derrota a una europea en la era moderna.
1910: Anexión de Corea.

¿Cuál es la conclusión?

El desembarco del almirante Perry no solo forzó a Japón a abrirse al mundo. Fue el principio de una transformación radical que convirtió a un país feudal y aislado en una potencia militar e industrial moderna.

En menos de 50 años, Japón pasó de tener samuráis con espadas a trenes bala (bueno, no tan rápido, pero casi). Y aunque su camino tuvo luces y sombras (como veremos si seguimos avanzando hacia la Segunda Guerra Mundial), la era Meiji sigue siendo uno de los mayores ejemplos de transformación acelerada de la historia mundial.

Nota importante: Antes de que los historiadores vengan a buscarme a la puerta de mi casa con sables y arcabuces, esta es una historia rápida contada un poco amena para ponernos en contexto. Como todo, si quieres saber bien lo que paso hay gente que lo ha estudiado casi toda su vida mucho más lista que yo.

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