Si te gusta los dorados o crees que para presumir, se debe lucir, este es tu templo en Kyoto

Tiempo medio de la actividad	2 horas
Franja de tiempo ocupado	Medio día
Ideal para: turismo cultural, familias, fans de la historia y cultura japonesa
Precio	Gratis

El Kinkaku-ji o Pabellón Dorado es probablemente el templo más famoso de Kioto. Y sí, es tan fotogénico como parece: un edificio cubierto en pan de oro reflejado en un estanque perfectamente cuidado. Lo malo: no estás solo, porque allí coincidirás con media humanidad buscando la misma foto.

Pero tranquilo: aunque el ambiente pueda recordar a una feria de móviles levantados para grabar, este lugar tiene tanta historia y belleza que merece cada empujón turístico.

1. Historia del Templo Dorado
   1. Un templo no tan «original» como podemos pensar
      1. Es de oro, pero solo «bañado» por láminas
      2. El original se quemó en 1955, lo que vemos es una reconstrucción
   2. Reconstruido con más energía
2. Cómo llegar al Kinkaku-ji
3. Qué ver en el templo
4. Por qué no podemos acceder al templo de Kinkaku-ji (la teoria)
5. Consejos para tu visita
6. Actividades cercanas (por decir algo…)
7. Nuestra experiencia por el Templo Dorado
8. Conclusión: podrías llegar a prescindir
9. Cómo estar conectado a internet 24 horas en Japón
10. ¿Vale la pena ir con seguro a Japón?
11. Dónde alojarse en Kyoto
12. Otras actividades para hacer vinculadas en Kyoto
13. Otros artículos que pueden interesarte
14. ¿Qué opinas sobre el templo de Kinkaku-Ji (Templo Dorado), Kyoto?

Historia del Templo Dorado

Un templo no tan «original» como podemos pensar

El Kinkaku-ji fue originalmente la villa de descanso del shōgun Ashikaga Yoshimitsu en el siglo XIV. Tras su muerte en 1408, la villa se convirtió en templo zen de la secta Rinzai. Pero este templo no es tan original por dos motivos:

Es de oro, pero solo «bañado» por láminas

El edificio principal está recubierto de láminas de oro puro, símbolo de poder y gloria, y se refleja en el estanque Kyōko-chi (Espejo del Agua), creando una imagen que parece sacada de una pintura japonesa.

El original se quemó en 1955, lo que vemos es una reconstrucción

Por desgracia, el templo actual es una reconstrucción de 1955: en 1950 un joven monje con problemas mentales lo incendió. Sí, Japón también tiene sus dramas históricos, y este episodio inspiró la famosa novela “El Pabellón de Oro” de Yukio Mishima.

Este es un incidente desconocido para la mayoría de turistas que visitamos este templo. Esa fecha, el Kinkaku-ji sufrió uno de los episodios más trágicos y a la vez más literarios de su historia: un joven monje novicio, de apenas 22 años, lo incendió deliberadamente. Según los informes de la época, sentía una mezcla de admiración enfermiza y odio hacia la belleza del templo: lo consideraba tan perfecto que lo percibía como una carga insoportable.

Aquella madrugada, entró en el pabellón con gasolina y cerillas, lo incendió y después intentó quitarse la vida en el monte Daimonji, sin conseguirlo. Fue detenido horas más tarde y condenado a prisión. El caso conmocionó a todo Japón, no solo por la pérdida material del símbolo de Kioto, sino por el choque cultural: un templo zen, asociado a la calma y a la eternidad, reducido a cenizas por la desesperación humana.

Reconstruido con más energía

El Kinkaku-ji fue reconstruido en 1955 con técnicas tradicionales, aunque reforzado para prevenir nuevos incidentes. El pabellón recuperó su aspecto original, incluso con mayor esplendor: esta vez se aplicaron láminas de oro más gruesas, asegurando que el reflejo sobre el estanque Kyōko-chi brillara con la intensidad que hoy deja boquiabiertos a todos los visitantes.

Cómo llegar al Kinkaku-ji

Desde el centro de Kioto (estación de Kioto o alrededores), la mejor forma es:

• Autobús:
  • Línea 101 o 205 desde la estación de Kioto (unos 40 min).
  • Bájate en la parada Kinkaku-ji Michi.
  • Desde allí, 5 minutos caminando.
• Metro + autobús:
  • Metro Karasuma Line hasta Kitaoji Station.
  • Cambias a un autobús local (10 min).

Consejo: no intentes llegar andando desde Gion o Arashiyama, porque acabarás odiando tu viaje. Nosotros escogimos la opción del autobús, concretamente el 205 y no hubo ningún problema ni en la ida ni en la vuelta.

Qué ver en el templo

• El Pabellón Dorado: tres pisos, cada uno en un estilo arquitectónico distinto (samurái, budista zen y chino). Todo recubierto de pan de oro.
• El estanque Kyōko-chi: el espejo que multiplica la belleza del edificio en cualquier estación.
• Jardines japoneses: senderos con bonsáis, estanques secundarios y cascadas.
• Salón de Anmintaku: un pequeño estanque donde, según la leyenda, nunca se seca el agua.
• Casa de té Sekkatei: espacio tradicional añadido en el periodo Edo, para completar la experiencia cultural.

El problema: ¿Querías entrar en el templo? Pues no podrás acceder a él, se ve solo desde fuera. El precio de la entrada es solo para los jardines.

Por qué no podemos acceder al templo de Kinkaku-ji (la teoria)

1. Función histórica
   • El edificio fue concebido originalmente como villa de retiro del shōgun Ashikaga Yoshimitsu en el siglo XIV.
   • Tras su muerte se convirtió en templo zen, pero nunca fue pensado como un espacio abierto al público: era un lugar de uso privado y de contemplación.
2. Preservación del patrimonio
   • El templo actual es una reconstrucción de 1955, tras el incendio de 1950.
   • Se cuida como patrimonio protegido, y limitar el acceso evita daños en su estructura y decoración, especialmente el recubrimiento de pan de oro.
3. Simbolismo
   • El Kinkaku-ji se disfruta en el contexto de su jardín y estanque Kyōko-chi, que funcionan como un todo.
   • La idea zen es contemplar el templo como un reflejo en el agua: más importante que lo que hay dentro es la visión que transmite hacia fuera.

En resumen: no se puede entrar porque el templo no está concebido como un museo, sino como un icono estético y espiritual. Su función es ser contemplado en armonía con el paisaje.

Consejos para tu visita

• Clima: en verano, lleva agua y paciencia; en invierno, abrígate bien.
• Horario: 9:00 – 17:00. Llega temprano o al final de la tarde para evitar multitudes.
• Entrada: 500 yenes aprox. (en metálico, porque aquí las tarjetas brillan menos que el oro del templo).
• Fotos: prepara la cámara, pero recuerda que no se puede entrar al edificio, solo verlo desde fuera.
• Mejor temporada: otoño (con arces rojos) o invierno (con nieve sobre el oro).

Actividades cercanas (por decir algo…)

A ver, seamos claros: el Templo Dorado queda apartado de todo. Cualquier cosa cercana es un decir, ya que debes caminar un rato o coger un autobús. Pero somos así y nos vemos obligados a deciros alternativas para que os montéis el día turístico con algo más que el templo:

• Ryoan-ji: famoso por su jardín zen de piedras. A solo 15 minutos caminando.
• Ninna-ji: templo con un hermoso conjunto de cerezos que florecen un poco más tarde que los de Gion.
• Arashiyama: el bosque de bambú está a unos 20 minutos en autobús, ideal para completar el día.

Nuestra experiencia por el Templo Dorado

De lo que vimos en Kyoto, esto es de lo más prescindible. Puede que tampoco seamos muy fan del «brilli-brilli». De hecho, para mi lo asimilaría al concepto «choni» de BMW dorado, ya que me parece que tiene un punto exótico, pero a su vez es pretencioso. Y sí, si repasamos la historia, es precisamente ese punto pretencioso el que lo ha hecho famoso.

Sin embargo, debo decir que es original, y ese «original» en el mundo actual es muy valorado, ya que nos pasamos el día buscando algo que nos sorprenda verdaderamente. Y esto sorprende. Pero ¿Vale la pena? Si disponéis de tiempo, sí. De lo contrario, es de lo más prescindible.

Conclusión: podrías llegar a prescindir

Lo dicho, si vas falto de tiempo, elimínalo de tu itinerario. Es mejor disfrutar de un Kyoto por el barrio de Gion o incluso el templo Fushimi Inari que de este templo. Está bien, pero puedes perder demasiado tiempo en ir y venir por esta foto bonita.

Cómo estar conectado a internet 24 horas en Japón

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Dónde alojarse en Kyoto

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En concreto, en Kyoto nosotros nos alojamos en el hotel 谷町君Hotel 東本願寺19. Me gustaría deciros como se pronuncia, pero no tenemos ni idea. Era un hotel modesto pero completo, bien ubicado, conectado con muchos autobuses e incluso relativamente cerca de la estación de tren. Fue una buena experiencia.

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