Myanmar es un país que no deja indiferente a nadie. Realmente no nos gustaron las ciudades, son caóticas, sucias y ruidosas. Donde realmente encuentras el encanto del país es en las zonas rurales. Es un país que va modernizándose a pasos agigantados, por lo que en muchos foros ponen que se tiene que llevar todo en efectivo ya que no hay cajeros, actualmente y cuando fuimos nosotros en junio de 2015, ya casi todas las ciudades importantes tienen cajeros.
Allí hace buen tiempo todo el año, así que sus estaciones se dividen en temporadas de lluvias y temporada seca. Aunque viajamos en plena temporada de lluvias, en junio, realmente donde nos hizo mal tiempo fue en el sur, en Yangón, y en el resto de lugares alternaba llovizna, nubes y sol.
Los birmanos son encantadores. Siempre dispuestos a sonreírte, a hablar contigo. Vale la pena mezclarse un poco con ellos y el país se verá con otros ojos. La política es un tema delicado. Mejor no hablar con ellos a no ser que ellos saquen el tema. A nosotros, durante el trekking, nuestro guía Robin se atrevió a explicar cómo vivía él el tema político, eso sí, en medio del campo sin que nadie lo oyera, y realmente así es como puedes darte cuenta cómo ven ellos toda esta situación y a la vez el miedo que tienen a exponer sus ideas.

Nosotros encontramos el país bastante fácil para viajar, con facilidad para el mochilero. No tuvimos problema en ningún momento. Los autobuses de noches son de lo mejorcito que hemos visto en Asia, con pantalla individual y todo. Eso sí, ponen el aire a tope, recomendamos abrigarse.
Myanmar no es un país barato. Si se ha viajado antes a otros países asiáticos, quizás se piense que Myanmar tiene precios bastante parecidos, pero no es así. Una habitación sencilla con baño privado suele rondar los 20$ la noche, mucho más caro que en otros países de alrededor.
Si queréis leer un poco de historia rápida del país, leed nuestro post sobre la historia de Myanmar.
A continuación os pasamos nuestra ruta día a día para que os podáis orientar si decidís haciendo este maravilloso viaje.
Día 1:
Volamos desde Kuala Lumpur a Yangón muy pronto por la mañana el 24 de junio de 2015. Al llegar a Yangón llovía, algo normal, ya que viajamos en época de lluvias, en junio, y además todos los birmanos nos lo recordaban porque no paraban de decir: “it’s raining season”. Después de hacer 30 minutos de cola en inmigración cogemos un taxi que nos llevó al centro por 8000 kyats, unos 6 euros. Nos alojamos en el Ocean’s Inn 3 Guesthouse, lo reservamos con antelación en booking, y nos costó la habitación a 23$ con baño compartido.
La ciudad en sí, Yangón, no nos gustó, es sucia, caótica, coches por todos lados donde el peatón no es tenido en cuenta. Es una odisea cruzar, y tampoco hay aceras, o sí, pero claro, no puedes ir ni 5 metros por la acera, ya que están prácticamente todas rotas y llenas de agujeros, invadidas por puestecitos de calle, etc. Realmente seguro que fue una ciudad bonita en su día, pero ahora no está cuidada, los edificios coloniales están sucios, negros, y encima nos llovió todos los días.

Nos resultó curioso que en la ciudad de Yangon no estuvieran permitidas las motos, y imaginamos porque, ya que sin motos ya es caótica no quiero imaginar con ellas. Eso sí, es la primera ciudad asiática dónde nos lo encontramos, ya que lo primero que se te viene a la cabeza cuando piensas en las ciudades asiáticas es en los enjambres de tráfico sobretodo de motos.
Cambiar moneda o sacar dinero nos resultó fácil. Solo llegar, cambiamos unos 600 euros aproximadamente y nos devolvieron 2 bolsas de plástico típicas del supermercado ¡llenas de billetes! Sobre el tema de cajeros, leímos en muchos posts antes de viajar que no había cajeros, pues en 2015 cuando fuimos nosotros, casi todas las ciudades tenían cajero (ATM) así que no tuvimos problema alguno.


Durante el primer día y segundo visitamos los siguientes lugares:
- Shwedagon pagoda: la entrada vale 5000 kyats. Es realmente grande pero vale la pena. Se ha de ir descalzo. Están prohibidas las camisetas de tirantes y los pantalones cortos, como en el resto de pagodas del país. Tiene 100 metros de altura y está bañada en oro. Tiene 4 entradas para acceder al recinto. El precio aproximado de entrada son 4 euros.
- Pagoda Sule: situada justo en el centro. Para nosotros era un punto de referencia para movernos por la ciudad. El templo tiene 4 entradas, cada una hacia un punto cardinal.
- Chinatown market: vale la pena callejear por el mercado, que empieza al lado de Sule Pagoda.
- Bogyoke Aung san market: Un mercado de joyas, antigüedades, ropa, souvenirs,etc. A nosotros nos gustó mucho.
- Embarcadero
- Parque kandawgyi: es el lugar ideal para escapar del bullicio de la ciudad.
Nos dejamos algunas cosas por ver, pero decidimos verlas a la vuelta.
Día 2:
Acabamos de visitar Yangón y a media tarde nos dirigimos a la estación de buses para coger un autobús de noche con destino Bagan. El bus lo contratamos con JJ Expréss por internet y cogimos un bus VIP. Hay que tener en cuenta que ponen el aire acondicionado a tope, así que es aconsejable llevar pantalón largo y manga larga. Hay que destacar que la parada de buses de Yangón está bastante a las afueras de la ciudad, como a 1.5 h, pero nosotros con la lluvia y el caos tardamos casi 3h! Suerte que nos habían avisado y ya fuimos con suficiente antelación.

Día 3:
Llegamos a la estación de autobuses de Bagan a las 5.30 de la mañana. Justo descender del bus nos atacan varios birmanos dispuestos a llevarnos al centro. Se puede ir en carro de caballos, en taxi o moto. Una vez entras en el recinto de Bagan, nos hicieron pagar 20$ por entrar. Una vez dentro, decidimos alojarnos en Nyang-U, zona de mochileros. Después de visitar 3 guesthouse nos decidimos por el Pyinsa Rupa guesthouse por 20$ la noche, con habitaciones limpias, nuevo y baño privado. Al llegar descansamos un poco, como unas 2 o 3 horas, ya que en los buses de noche es difícil dormir bien.
A media mañana decidimos alquilar una e-bike (moto pequeña eléctrica), que nos salió por 6000 kyats, unos 5 euros al día. Empezamos nuestro recorrido por Bagan Nyaung-U Road hacia Old bagán. Ya en ese trayecto pudimos parar en varias pagodas sin turistas y empezamos a imaginarnos la gran maravilla que veríamos los próximos dos días. Bagán es un recinto con más de 4400 pagodas, muchas de ellas muy pequeñas, pero con muchísimo encanto. Me quedé enamorada de Bagan.
A continuación hago resumen de las pagodas más importantes, pero si quieres profundizar en los templos de Bagan, tenemos un post aparte de este rincón maravilloso en el mundo. Puedes verlo pinchando aquí: Explorar Bagan
- Shwe-gu-yi: desde lo alto de esta pagoda pudimos ver una de las vistas más chulas
- Shwesandaw: Construida en el 1057 para albergar un pelo dorado de Buda. La pagoda está compuesta de 5 terrazas. Dentro de la pagoda encontramos un Buda reclinado. Es una de las pagodas más concurridas. Desde aquí también hay buenas vistas. Nosotros fuimos en 2015 y pudimos subir a lo alto de la pagoda, pero debido al mal uso y trato que se le ha dado a esta pagoda, en 2019 se prohibió subir.
- Ananda: Fue construido en el 1105. Es uno de los templos más grandes. Sus 4 puertas de entrada coinciden con los 4 puntos cardinales, y en cada entrada hay un buda enorme. A nosotros personalmente nos gustó mucho el exterior que está muy decorado y donde encontramos otras pagodas más pequeñas.
- Gubyaukgyi: En esta se conservan pinturas en buen estado.
- Dhamayangui: Es la pagoda más grande de todas. Su estructura es similar al de Ananda. En su interior alberga numerosos corredores que cruzan el complejo.

Día 4:
Volvimos a alquilar la e-bike y visitamos la pagoda dorada en Nyang-U, y luego decidimos perdernos con la moto por todo Bagan e ir descubriendo pagodas, ya que las más importantes las habíamos visitado el día anterior. Este fue el día que más nos encantó. Ir por caminitos casi inexplorados, subir a pagodas solitarias, visitar pueblos locales, simplemente perdernos, fue realmente mágico. Este día visitamos también la pagoda de Dhamma-ya-zi-ka Zedi, y una pagoda blanca que habíamos visto el día anterior desde lo alto de otra pagoda a lo lejos. Así que este día decidimos ir a buscarla. Nos costó lo nuestro, ya que nos perdimos varias veces, pero también sirvió para descubrir nuevas pagodas. Al anochecer decidimos subir en lo alto de una pagoda en la que estábamos solos y la vista era extraordinaria, encontrando así nuestra pagoda preferida.
Bagan nos encantó. También quizás al ser temporada de lluvias (no nos llovió nada en Bagan) seguramente no había tanto turismo como normalmente.

Día 5:
A las 9h de la mañana nos recoge un minibús en el guesthouse con destino a Mandalay, que previamente habíamos reservado en la recepción del guesthouse por 9000 kyats por persona. De camino a Mandalay alucinamos porque el conductor iba parando cada dos por tres a coger gente local y luego los volvía a dejar en otro lado, vamos como si fuera un autobús de línea, pero sin serlo, así el conductor y el ayudante se sacaban dinero extra. Paramos para comer a las 12 en un chiringuito de carretera y a las 14 horas llegamos a Mandalay. El bus nos dejó delante del hostel que le habíamos dicho, el Royal Guest House, que nos habían recomendando. Tuvimos suerte que tenían habitaciones libres, y nos costó 24000 kyat la noche, unos 18 euros, y fue el mejor hotel que estuvimos en todo Myanmar.
Una vez instalados fuimos a callejear, pero aunque no llovía, la ciudad nos dio casi la misma impresión que Yangón, no nos gustó. No quisimos visitar el palacio porque no nos lo recomendaron, así que cogimos un taxi y nos fuimos a Mandalay Hills, una pagoda en lo alto de una montaña de 240 metros, donde toda la subida son escaleras. Nosotros nos encontramos dos monjes aprendices de unos 16 años y subimos las escaleras charlando con ellos de fútbol, política, educación etc. y así se nos hizo más amena la subida de las 1729 escaleras. Durante el trayecto de las escaleras te vas encontrando varias pagodas, hasta llegar a la de arriba del todo. Las vistas desde arriba son muy bonitas.

Día 6:
Alquilamos un taxi para todo el día por 32000 kyats. Nos llevó a visitar las 3 ciudades antiguas de Amapura, Inwa y Sagaing. En Amapura visitamos el monasterio de Maha Ganayon Kyanung, donde vimos hacer una inmensa cola a los monjes para comer a las 10 de la mañana. Inwa es una isla del rio Ayeyarwadi que se cruza mediante barca. Allí se puede ver un monasterio, pagodas y pueblos rurales. Sagaing es parecido a Mandalay Hills, una colina que se tiene que subir por escaleras donde llegas arriba a una pagoda. Para finalizar el día, fuimos al famoso puente U-Bein para cruzarlo y luego ver la puesta de sol. Nosotros justo en la puesta de sol se puso a llover, así que en vez de la puesta de sol, vimos el puente con arcoíris.
Finalmente el mismo taxi nos dejó en la estación. Allí cogimos un bus de noche dirección a Kalaw con la compañía de autobuses de Shwe nan Taw por 12000 kyats por persona.




Día 7:
Llegamos a Kalaw a las 2.30 de la madrugada y fuimos directos al Golden Lilly Guesthouse porque nos habían dado buenas referencias. Allí pagamos 14000 por habitación y noche con el desayuno incluido.
Ya por la mañana lo primero que hicimos fue contratar el trekking de 2 días/1 noche hacia el Inle Lake que empezaríamos al día siguiente. Ese día nos dedicamos a descubrir Kalaw y a pasar un día tranquilitos, paseamos por el pueblo, fuimos al mercado, sacamos dinero del cajero automático (sí, hay cajero en casi todos los sitios que fuimos). Comimos en un restaurante nepalí llamado Everest, nos encantó la comida. Después de comer, alquilamos una bicis por 1000 cada una y fuimos a ver una pagoda dentro de una cueva que nos recomendaron, luego fuimos a ver la estación, luego a ver las casas coloniales inglesas, y luego decidimos ir a hacernos un masaje de una hora por 8000, casi 6 euros. Después del masaje dejamos las bicis y compramos provisiones de comida para el trekking y fuimos a cenar.

Día 8:
Nos levantamos pronto para hacer el trekking de 1 noche hacia el Lago Inle. Salimos después de desayunar, a las 9. Con nosotros van 3 franceses y una pareja de chilenos. Nuestro guía fue Robin, el hermano de Lilly (dueña del guesthouse). Empezamos el trekking a buen ritmo, Robin a pesar de tener más de 60 años goza de una gran forma física. Paramos a comer en un pueblecito de montaña donde luego nos encontramos 2 perritos que nos seguirían hasta el día siguiente. La recta final del día se hizo un poco pesada. Robin iba muy deprisa, hay muchas subidas y nos empezó a llover. Era difícil seguir el ritmo a Robin, si queríamos hacer una foto, el no se paraba, continuaba y luego era casi imposible alcanzarlo, así que casi no pudimos hacer casi fotos.

A media tarde, sobre las 17h llegamos al pueblo donde dormimos, en una casa particular, realmente fue autentico, bueno en sí todo el poblado era auténtico. El baño era una caseta de paja fuera de la casa y la ducha un cubo con agua al aire libre. Antes de cenar fuimos a pasear por el pueblo y nos encontramos varios niños y les regalamos cochecitos, libretas y colores que habíamos traído desde Barcelona. Los niños quedaron encantados! Fue genial ver a David haciendo dibujitos de animales a las niñas y ellas imitando el sonido que hacía ese animal.

La cena fue impresionante, había verdura, carne, pescado, arroz, fue la mejor cena que tuvimos en Myanmar. Comimos en la misma casa donde dormíamos, a las 18.30 y nos quedamos charlando con los chilenos y franceses hasta las 23 horas. Luego nos fuimos a dormir. Dormíamos todos juntos en el suelo en la parte de arriba de la casa. Una experiencia brutal.
Día 9:
Nos levantamos a las 6 de la mañana, desayunamos y partimos. Este día se nos hizo más pesado, y aunque fue más corto que el anterior, la buena forma de Robin, las escasas paradas y el cansancio del día anterior, hizo que fuéramos casi todos a remolque de él.

Al entrar en la zona de Inle Lake te hacen pagar 10$ como tasa. Al llegar al lago, paramos a comer. Después de comer nos llevaron en barca hacia donde están las mochilas (las mochilas grandes vinieron en furgoneta). El recorrido desde donde comimos al pueblo principal de Inle Lake lo hicimos en una barquita típica, con un recorrido de 1.30h que nos encantó.

Una vez ya en tierra de nuevo, nos llevan al hostel Good Will en el pueblo de Nyaung Shwe, el principal del Lago Inle, que es donde están las mochilas, y decidimos quedarnos a dormir allí por 20$ la noche. Una vez instalados, descansamos un rato, nos vamos hacer otro masaje y luego cenamos con los chicos con los que habíamos hecho el trekking. Cenamos en la Bakery, que está en una de las calles principales, y tal como el nombre indica, ¡hacen croissants!, aparte de hamburguesas, pizzas, etc., así que después de 10 días comiendo básicamente arroz y fideos, decidimos cambiar dieta y comer una hamburguesa. Recomendamos 100% la bakery, los dueños nos trataron genial. Después de cenar contratamos con todo el grupo, así nos salía más barato, un tour por el lago para el día siguiente. Nos costó 18000 kiats las 7 personas.

Día 10:
Por la mañana empezamos el tour, realmente nos encantó. Durante el tour vimos a los pescadores del lago, los huertos flotantes, pueblos flotantes, el monasterio jumping cats (aunque actualmente hay gatos pero no saltan) y una pagoda. Pasamos todo el día así, arriba y abajo con la barca y con parada incluida para comer. Recomendamos ponerse crema solar, ya que como se pasa la mayor parte del tiempo al aire libre con una barca, pues el sol pica y bastante.

Al final de día nuestros compis de los 3 últimos días ya se van, unos a Yangón y otros a Mandalay. Nosotros decidimos quedarnos un par de días más, nos gustó mucho la zona y hacía buen tiempo, así que mejor decidimos aprovechar aquí más días y no en el sur (como teníamos previsto), ya que en el sur seguía lloviendo sin parar.

Día 11:
Hacemos un trekking por 7000 kt por la mañana con la agencia Lion Tours, están en la calle principal. Quedamos muy contentos con esta agencia. El guía nos llevó a una cueva budista, 2 poblados, un colegio y un lago donde nos bañamos. Comimos en el SunFlower Restaurant, nos encantó y repetimos al día siguiente (probad la tomato salad). Por la tarde estuvimos de relax. Paseamos por el night market que ponen cada noche. Tuvimos suerte porque ese día había la “examination” de todos los novicios del estado, allí en el pueblo de Nyaung Shwe por lo que el pueblo era una fiesta.

Día 12:
Alquilamos unas bicis por 1000 kt en la misma agencia “Lion Tours” y pedaleamos 1 hora hasta llegar al poblado de Khaung Daing. De vuelta paramos en el Hot Spa, que son piscinas termales al aire libre. Pagamos casi 10$ por la entrada pero no nos pudimos bañar de lo caliente que estaban las piscinas y encima el calor que hacia…vamos, que nos dedicamos a tomar el sol. De vuelta comimos por el camino. Al llegar al hotel, nos duchamos, nos preparamos y merendamos en la Bakery. A las 18 horas nos vinieron a buscar en minivan para llevarnos a la estación para coger un bus VIP que tarda 12 horas en llegar a Yangón.

Día 13:
Llegamos a Yangón a las 6 de la mañana. Decidimos probar otro hostel , así que fuimos al 30th Corner y cogimos una habitación privada con baño por 20$. Aprovechando que no llovía decidimos pasear por el centro a ver varias galerías de arte, pero de pronto empezó a llover como si se acabara al mundo, así que chorreando acabamos en un centro comercial. Luego fuimos a la Torre Sakura, a darnos un capricho y cenar en el restaurante para contemplar las vistas de la ciudad desde allí arriba. Sólo se puede subir si se consume.

Día 14:
Fue nuestro último día en Myanmar. Fuimos al aeropuerto para coger un avión hacia Kuala Lumpur.