Un museo ideal para visitar con niños
Tiempo medio de la actividad | 4 horas |
Franja de tiempo ocupado | Medio día |
Tiempo aproximado desde Barcelona | Dentro de Bcn |
Ideal para: niños, adultos, aficionados a la historia, la ciencia |
La actividad de hoy nos lleva al Museu de Ciències Naturals de Barcelona (antiguamente Museu Blau). Se trata del clásico museo de ciencias naturales pero actualizado para ofrecer más espacios interactivos y zonas lúdicas, haciendo más inmersiva la visita. Más chula, en definitiva.
El museo se encuentra en el edificio del Forum, cosa que ya de por si merecería una visita a parte. Estas instalaciones, creadas en 2004 para dinamizar una zona que desde siempre había sido industrial y marginal. El Ayuntamiento de Barcelona, en un ejercicio de pensamiento, construyó este conjunto de edificios del Fórum (metiéndolo en una idea extraña que aun poca gente entiende) y entrando en otros proyectos similares (como el Diagonal Mar, por ejemplo). Sin embargo, a quien le guste la arquitectura, el recinto del Forum tiene rincones muy especiales y únicos que lo hacen un lugar para visitar.
Pero centrándonos en el museo, lo que tenemos aquí es un museo que alberga una gran colección de animales, minerales y sabiduría en general. Es como hacer una clase exprés de naturales, en la que entraran tantos conceptos que quizá después solo nos quedará un ligero recuerdo.


Un poco de historia
Ya sabéis que somos un blog al que le gusta la historia. Si solo queréis excursiones, podéis ignorar este trocito de entrada.
El museo que hoy vemos es la unión de otros museos que nos suenan pero que, hasta que no ponemos el foco en él, nos pasan desapercibidos. En concreto, es la unión del Museu Martorell y del Castillo de los Tres Dragones (ambos edificios están ubicados en el Parc de la Ciutadella). El primero, concretamente en 1882, fue el primer edificio concebido como museo en Barcelona. En su interior se expuso la colección cedida por Francesc Martorell (1822-1878), quien fue un agente de cambio que se aficionó a coleccionar piezas de arqueología e historia natural.
El Castillo de los Tres Dragones, construido para la Exposición Universal de 1888 de Barcelona, fue otro de estos museos de la ciencia. En concreto recibió de parte del primer edificio la colección de zoología.


Finalmente, en 2010 se cerraron ambos edificios y se transfirieron las colecciones al actual Museu de les Ciències que hoy nos ocupa. Los dos edificios iniciales, los cuales son una obra maestra de la arquitectura del siglo pasado, siguen perteneciendo al Museu de les Ciències Naturals, aunque hoy día se encuentran sin acceso al público general.
El acceso
Dentro del museo encontramos una exposición permanente (la cual es impresionante) y una exposición temporal que va cambiando. Podemos acceder de manera individual a cada una por poco más de 6 Euros o hacer una combinada que son unos 10,5 Euros. Paralelamente encontramos entradas reducidas.
Pero si queremos ahorrarnos este dinero siempre podemos ir el primer domingo de cada mes (durante todo el día) o los domingos por la tarde (a partir de las 15 horas). También podemos ir gratis el 12 y 13 de febrero, el 18 de mayo o el 24 de septiembre, por fiestas locales o internacionales. Pero recuerda que si vas estos días debes madrugar: las colas son quilométricas.

La exposición permanente
Como no sabemos cuándo leerás este post, no hablaremos de la exposición temporal y nos centraremos en la permanente. Simplemente podemos decirte que, en nuestro caso, la exposición temporal se basaba en los bebes de animales y fue donde “nuestros bebes” se lo pasaron más en grande con juegos y actividades interactivas.




La exposición permanente se llama “Planeta Vida” y nos hace un recorrido histórico de todo lo referente a la naturaleza del planeta. Empieza con una gran bola del mundo proyectada que nos muestra la evolución de los continentes y como se llegó hasta la geografía actual.
Y a partir de aquí, ¡dinosaurios! Si tienes hijos aficionados a dinosaurios, en este espacio podrán ver distintos esqueletos y piezas de estos donde nos haremos una idea de cómo eran y el tamaño que tenían. No existen dinosaurios de carne y hueso reconstruidos, todo son esqueletos, pero nos cuenta un poco de esta etapa. ¡Ah sí! También nos cuenta un poco lo anterior de bacterias y células, pero esto, a nuestros niños de 2 y 4 años era como enseñarles fiscalidad, no le hicieron ni caso.


Después de los dinosaurios llegamos a una zona donde se exponen muchos animales disecados. Es la parte de zoología. Aunque nosotros odiamos ver animales disecados, en este caso nos sorprendió por la cantidad que encontramos. ¡Resulta espectacular! Por cierto, fue la parte que más les gustó a nuestros hijos, ya que vieron desde un pato hasta un león disecados. También había una buena exposición de caracoles y fósiles que le encantaron al pequeño.

Básicamente, hasta aquí el museo nos ha ido pasando por épocas, plantas, animales, hongos, algas, etc. Y ahora empieza el viaje hacia el centro de la Tierra.
En esta parte del recorrido, el museo nos explica cómo se compone las capas de la Tierra (y la atmósfera). En un primer tramo nos muestra una visión general de la Tierra, para luego observar 70 vitrinas con rocas y minerales. Es en este tramo cuando recordamos que todos hemos querido coleccionar minerales en alguna etapa de nuestra vida.
Para acabar la visita, también podéis acceder al tejado vivo del museo, desde donde podréis ver el edificio por la parte superior con una especie de jardines/huertos.
Exposición muy dinámica
El museo es bastante interactivo ya que permite ver todos estos campos con algunas herramientas de hoy en día: paneles de clasificación, mesas interactivas, proyecciones en paredes y suelo, etc. Los niños disfrutaron, ya que todo esto es lo que ellos mejor valoran. Debemos recordar que aprender disfrutando es la mejor manera que las cosas entren.
¿Cuánto del conocimiento entró en la cabeza de nuestros hijos? Posiblemente ni un 1% de todo lo que vieron. Si quieres hacer una clase, este museo pide ir en plan tranquilo más de un día. Sin embargo, si lo que quieres es tener un domingo entretenido (como la gran mayoría) es una buena manera de explicarles cómo fue el mundo y cómo es ahora con nosotros.
Si el museo os pareció poco u os queda tiempo de más, siempre podéis visitar las piscinas en el mar del Forum (si es verano y lleváis bañador) o el recinto, que es muy curioso. En nuestro caso optamos por ir a comer al Diagonal Mar (ya que el día era gris y frío), que se encuentra a 5 minutos y también nos pareció un buen plan. En resumen, ¡tenéis el día solucionado!



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