Fortaleza de Sant Ferran, Figueres

Tiempo medio de la actividad3 horas
Franja de tiempo ocupadoMedio día
Tiempo aproximado desde Barcelona1:50 h
Ideal para: amantes de la historia, fortalezas, guerras, especial niños

¡Impresionante visita os traemos hoy! Y demasiado desconocida para el turismo local… Hoy viajamos a Figueres, concretamente a la fortaleza de Sant Ferran. Este recinto, que aún conserva titularidad militar, hoy está abierto al público y lo podemos visitar con Land Rovers, zodiaqs y con cascos de minero. ¿Os interesa? Seguid leyendo porqué seguro que os gusta.

Breve historia de Sant Ferran

Sabéis que adoramos la historia y esto es pura historia, no podemos evitar explicaros un poco sobre este conjunto.

Sant Ferran es una fortaleza, no un castillo. Os contamos la diferencia en este artículo y no nos alargaremos demasiado en ello. Resumen rápido: las fortalezas son los castillos de la Edad Moderna y son capaces de combatir la artillería (los cañones), cosa que los castillos no podían hacer.

La concepción de esta fortaleza empieza tras la pérdida de la Catalunya Norte tras el Tratado de los Pirineos, donde Francia le ganó Perpignan y otros terrenos a España, consecuencia de la Guerra de los Treinta Años. Esto nos sitúa la frontera con Francia en Figueres… Vamos a tener que defenderla de estos franceses ¿no?

Pero estamos ya en el siglo XVII y lo que se lleva son fortalezas, no castillos. Vamos a construir una fortaleza que evite que estos franceses nos invadan de nuevo (spoiler histórico: nos invadirán de nuevo).

Una fortaleza inmensa para defendernos de los franceses

Construido por ingenieros militares, esta obra de 32 hectáreas (se dice pronto) hoy es el conjunto monumental más grande de Catalunya. Hecha con una forma de tortuga típica de las fortalezas modernas, este edificio se rodea de baluartes y fosos a través de los cuales protegía el cuerpo central de la invasión. Son muchos los sistemas de protección que dispone, pero ya os avanzamos que, dentro del foso, eras presa de cañones te pusieras donde te pusieras.

Pues sino podemos invadirlo por arriba… ¡hagamos túneles para hacerlo por debajo! Pero la fortaleza también tiene contraminas, que son largos túneles y galerías excavados para escuchar esta posible maniobra del enemigo y atacarlo. De modo que lo que vemos no es todo lo que está construido: existe un Sant Ferran subterráneo ¡y podremos visitarlo!

Nuevos tiempos, nuevas guerras

Si en algo somos expertos la humanidad es en matarnos los unos a los otros. Llega el año 1936 y estalla la Guerra Civil. En la retirada del ejército republicano, el castillo Sant Ferran también tuvo su papel en la historia. El ejército se iba hacia Francia e iba cargado de material bélico que no podía cruzar. ¿Qué hacemos con ello? Pues vamos a dinamitarlo. Dicho y hecho, los republicanos juntaron este material en una caballeriza y la hicieron estallar. Hoy solo vemos un descampado en ese punto y una parte del muro a punto de caer.

Nuevo jefe, nuevas normas

España ha caído bajo el poder de las tropas franquistas, no hay más guerra. Pero hay presos. Así que estos rojos que han destrozado este castillo, que lo arreglen, debió pensar Franco. De modo que tenemos a los republicanos haciendo trabajos forzosos de reparación de la fortaleza y su propia prisión.

Al ejército español le gustó la fortaleza y se la hizo suya. De hecho, hasta la década de los 90 por allí pasaron muchos civiles haciendo la mili. A partir de 1996 se empezaría a abrir al público.

Cómo es la visita de la fortaleza

La visita se puede hacer un poco al gusto de cada uno. Se puede visitar el recinto en visitas individuales y guiadas, pero también puedes hacer una visita al recinto exterior y hasta los espacios subterráneos como las contraminas o los depósitos de agua. Nosotros escogimos esta.

Ya os avanzamos que fue una visita muy entretenida y que os recomendaremos sin duda. La primera parte la haces dando vueltas al perímetro y foso en un Land Rover descapotable de los años 70, ¡Reconozco que es mi parte favorita! En un punto concreto os pondréis un casco minero y bajaréis a las galerías contraminas. Interesante.

Después entramos con el mismo Land Rover dentro del recinto interior y, una vez allí, la visita siguió a pie. Pero lo primero que hicimos fue bajar a la llamada “Catedral del Agua”, los antiguos depósitos llenos de agua de manantial que garantizaban el subministro de agua a la fortaleza. La verdad es que fue muy interesante e incluso vas en zodíac (a remos, eso sí).

Después ya los guías te dejan por libre y tú puedes visitar el recinto interior a tu aire. Encontraremos diversos puntos muy pintorescos, como la Iglesia que nunca se terminó o las inmensas caballerizas que nunca terminan.

No me cansaré de repetir que es una visita increíble. A nosotros nos encantó y nos sorprende lo poco conocida que es entre el público local. Os la recomendamos sin duda, pero ¡ojo! Leeros el siguiente punto si vais, hacedme caso.

En el artículo nos hemos dejado muchos detalles que se nos contaron a lo largo de la visita. Os haremos unas cuantas preguntas: ¿Esta la fortaleza destruida en parte o no se terminó de construir? ¿Alguna vez ha tenido techo esa iglesia? ¿Quien hizo de obrero? ¿Como funcionan los pozos para que nadie ponga veneno en ellos?

Cuidado con los ladrones de la fortaleza de Sant Ferran

Ya íbamos advertidos que vigilásemos en el parking de la fortaleza, que había muchos ladrones en la zona. Y lo vivimos en primera persona.

Éramos un grupo grande, íbamos seis coches. Nada más llegar observamos distintas personas que se comunicaban entre ellos por teléfono porqué se supone que no iban juntos: unos en una mesa de picnic, otro haciendo gimnasia, una haciendo yoga (con muy poca gracia, posiblemente no ha ido ni a una clase nunca) e incluso una paseando al perro. Todos eran el mismo grupo.

No, no estamos en pleno delirio. Estamos acostumbrados a ciertos grados de delincuencia y lo detectamos relativamente rápido. Pero se hizo más evidente cuando dejamos a parte del grupo y nos fuimos con los coches a otro parking: el que hacia deporte salió corriendo tras nosotros y la que hacía yoga entró rápido en el coche (VW T-Cross) y también fue tras nosotros. Todo ello mientras se comunicaban por teléfono.

Nos comunicamos con gente de la fortaleza que nos confirmaron estos puntos e incluso llamamos a la comisaria de Mossos d’Esquadra, quien confirmó que es habitual.

Nosotros también estuvimos sorprendidos por el despliegue de medios para este delito más típico de yonkis que de grupos organizados. Supongo que el botín en algunos casos debe ser bueno, aunque en el nuestro poco hubiesen sacado.

Os recomendamos aparcar en el parking de la zona del Hospital de Figueres (es de pago) o directamente por las zonas de abajo y subir a pie. No subáis en coche, pues pueden seguirte y ver donde lo aparcas. Parece un buen tramo, pero tampoco lo es tanto y te ahorrarás una ventana rota.

(Nota: Hay algunos ladrones de interiores de coches que utilizan inhibidores. Si cerráis el coche con mando o manos libres, fijaros bien que esté cerrado accionando manetas, pues los inhibidores impiden que el mando opere con normalidad)

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