Descubre qué verás en la visita y nuestra opinión tras visitarla
Tiempo medio de la actividad | 1 hora |
Franja de tiempo ocupado | Medio día |
Tiempo aproximado desde Barcelona | Dentro de Barcelona |
Web Oficial | |
Ideal para: turistas, amantes de la historia, arquitectura, modernismo |
¿Quieres saber si vale la pena visitar la Casa Amatller? Nosotros te contaremos lo que vimos y te pondremos más información para complementar esta excursión.
Cuando llegas a Passeig de Gràcia y ves la conocida como la “illa de la discòrdia” (que en catalán significa la “isla de la discordia”), entenderás por qué recibió ese apodo. Se trata de una isla con, como mínimo, tres casas singulares… y la Casa Amatller es una de ellas.
¿Por qué tan singulares? Porqué Passeig de Gràcia era la zona donde los ricos querían lucir ante el resto de ricos… y para lucir más tenías que tener una casa espectacular y que llamase la atención. Lo curioso es que, viendo estas tres casas, se entienden tres maneras distintas de llamar la atención.
Por un lado, encontrarás la Casa Lleó i Morera, la cual hace esquinera, y que sería el lujo más tradicional. Sí que encontraremos filigranas y formas modernistas, pero en un conjunto muy sobrio.
En el extremo opuesto está la Casa Batlló, donde no verás ni una línea que sea recta. Es el otro extremo del Modernismo, con una fachada que incluso a día de hoy es una excentricidad, pero a la vez es impresionante.
Y, en medio, tanto físicamente como “filosóficamente” dentro del Modernismo, está la casa que veremos hoy: la Casa Amatller.


- Breve historia de la Casa Amatller
- Visita: precios y horarios
- Cómo es la visita a la Casa Amatller
- Y que pasó con la fábrica de chocolates Amatller
- Nuestra opinión de la visita
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Breve historia de la Casa Amatller
Construida entre 1898 y 1900 por el reconocido arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch, esta casa era un símbolo a la catalanidad medieval. Me explico: el Modernismo era un movimiento muy ligado a su contexto… y, en ese momento, la cultura catalana reivindicaba a su manera la importancia de la corona Catalano-aragonesa en la Edad Media. Por eso trata de evocar una especie de castillo/palacio almenado.
Pero esto de reivindicar el pasado medieval no lo debemos tomar solo como algo del Modernismo catalán, ya que hay diversas corrientes que tratan de evocar épocas pasadas: el historicismo con las épocas antiguas, el mudéjar con las influencias del islam, etc. Lo curioso es que dentro del Modernismo podemos pensar en evocar el pasado, como pasa en esta casa, o la naturaleza, como pasa con la Casa Batlló… ¡Y todo es Modernismo!
Volviendo a la Casa Amatller, esta casa fue encargada por el industrial chocolatero Antoni Amatller. En su idea ya estaba la de evocar muchas influencias medievales: la fachada almenada, una gran escalera principal que diese acceso a la planta noble, el uso de piedra… Pero estamos en tiempos de Modernismo y esto se fusionará con coloridas cristaleras, hierro forjado y ventanales grandes que dejen pasar la luz y la ventilación natural.
La casa está formada por 4 plantas y un desván, pero solo la planta principal era para la familia Amatller: el resto estaba alquilado a inquilinos o era zona de servicios. De esta manera, la casa no solo era un bonito aparador del poder de la familia Amatller, sino que era una fuente de rentas. Esto era algo habitual que también sucede en la vecina Casa Batlló.
Si quieres profundizar en el movimiento del Modernismo, te recomendamos el artículo 10 conceptos claves del Modernismo


Visita: precios y horarios
De entrada, encontraremos dos opciones de visita en la Casa Amatller:
- Visita al Museo Digital de la Casa Amatller: es un acceso a través de la planta baja a un recorrido con realidad aumentada, realidad virtual y proyecciones… pero va con una entrada a parte de 14, 5 Euros. Y no se visita la casa, es una proyección. No podemos opinar, porqué no la hicimos.
- Visita a la Casa Museo Amatller: esta es la que escogimos y donde sí visitas la casa. Será en la que nos centraremos.
Dispones de dos tipos de visita en general:
- Visita guiada: pases a las 10-12 y 17 horas (excepto domingos, que solo es a las 10-12 horas). El precio es de 17 Euros (12 los menores de 30 años).
- Visita audioguiada: pases aproximadamente cada media hora. No es del todo libre, ya que una persona de la organización va acompañándote para abrir accesos (pero también puede darte alguna información guiada muy práctica, es una ayuda). El precio es de 19 Euros (15 los menores de 30 años).
Existen dos opciones diferentes de la visita habitual:
- Visita de audioguía + Chocolate a la taza: a la visita se le une la experiencia de un chocolate a la taza final. Se hace los domingos por la tarde y el precio es de 19 Euros (15 los menores de 30 años).
- Noches Modernistas: Según su web “Te invitamos a conocer la Casa Amatller de la mano de Teresa Amatller quien os acompañará por las diferentes estancias y os explicará las anécdotas de su día a día. Al finalizar una cerveza en el jardín.” Esta visita se hace en verano y solo los viernes a las 19 horas. Vale 39 Euros.
El horario en general es de 10-19 horas. Nosotros no compramos entrada previa, pero puede ser recomendable reservarlo a través de su web, que es muy intuitiva.
En todos los casos, la visita no es a todo el edificio: solo se visitará la planta principal y la planta baja en parte. Las plantas superiores están actualmente ocupadas para otros usos.





Cómo es la visita a la Casa Amatller
Antes de entrar, lo recomendable es quedarnos un poco fascinados por la fachada que evoca ese castillo medieval almenado con su color de piedra.
Accedemos por la puerta principal, una puerta inmensa que parece una extensión de la calle, ya que los señores entraban por allí con su vehículo. Lo curioso es que, donde ahora vemos el pasillo con unas horribles luces azules que no pegan nada con el Modernismo (alguien tenía que decirlo) antes había una plataforma giratoria para darle la vuelta al coche.
Al pie de la gran escalera de piedra encontramos la taquilla donde podremos comprar las entradas. Ya os comentamos que nosotros lo hicimos con audioguía. Por cierto, si vas con mochila, tendrás que dejarla en la puerta, ellos mismos te la guardan sin sobrecoste alguno.
Una escalera de la Edad Media
La escalera es, simplemente, espectacular. Se trata de una evocación de los palacios medievales, donde se le daba un enorme peso a la escalinata principal que ascendía a la planta noble. Era, por así decirlo, el aparador para impresionar a las visitas. ¡Y en esta casa estos detalles se cuidan! Ya veréis, por eso, que las escaleras son solo para los señores Amatller, no para plantas superiores, las cuales alquilaban a terceros. Estos van por otra escalera.

Unas luces muy especiales
Nada más acceder, podremos fijarnos en las luces colgantes. A parte de ser muy bonitas, con sus cristales coloridos, tienen una característica curiosa: funcionan con electricidad y con gas.
Debemos pensar que, a principios de siglo XX, esto de la electricidad aún no estaba muy bien implantado. Sí que parecía que todo iba a ir por allí, pero los cortes de luz eran muy frecuentes. Y esto, para los ricos, era demasiado incómodo e inaceptable: por ello doblaron el sistema y también funcionaban con gas. Podemos ver los detalles del sistema si nos fijamos bien.

Muebles, suelo y otros detalles auténticos
Para preservar el suelo hecho con mosaico, los responsables de la visita nos darán una especie de calcetines exteriores para ponernos por encima de los zapatos. Y es que, como casi todo lo que veremos dentro, el suelo es el original. Tampoco podremos sentarnos en sillas o hacer el mono porqué todo debe preservarse…
En nuestro caso, al ir con niños, se nos hizo un poco complicado evitar que tocaran cosas. Si vas con niños, esto será un plus de dificultad, pero no debes preocuparte mucho.

Vistas privilegiadas del Passeig de Gràcia
En la sala principal veremos una gran cristalera desde donde la familia Amatller dominaba la vista de la calle. De este modo, los señores Amatller dominaban perfectamente quien iba con quien o con qué y se hacían su “Facebook o Instagram” de la época.
Por cierto, la sala principal es, para nosotros, la sala más espectacular de la visita. Vale la pena verla tranquilamente. Al lado encontraremos la sala de música donde la joven Teresa tocaba sus instrumentos.
En 1939, la familia decidió hacer un falso techo en esta sala de música para cubrir los frescos con las frases del himno de Catalunya y otra canción tradicional, probablemente por miedo a represalias ante el comienzo de la dictadura franquista, la cual no era muy amiga de todo lo que sonara a catalán. Eso sí, la familia Amatller pudo volver a vivir en su casa, cosa que muchas otras familias no pudieron hacer.

El señor Amatller, un coleccionista
El señor Amatller era un destacado coleccionista de arte. Su principal pasión era la colección de arte y objetos relacionados con el arte y la cultura, en particular el arte antiguo y el arte oriental. Amatller tenía una colección diversa que incluía pinturas, esculturas, cerámicas, muebles y objetos decorativos de diferentes períodos y estilos. En su habitación encontraremos una vitrina con cerámicas originales.
Además, era conocido por su interés en la fotografía y era un ávido coleccionista de fotografías. Su colección fotográfica abarcaba desde daguerrotipos hasta fotografías contemporáneas, pero no las veremos en el recorrido. Va con una entrada a parte.


Una habitación más moderna que las otras
El tiempo pasa y, como todo, el estilo modernista pasó a ser un estilo antiguo y defenestrado por las nuevas modas. Teresa, la hija, suponemos que buscaba ese plus de modernidad que el resto de la casa no tenía. Como dinero no faltaba, en 1934 Teresa se hizo la habitación con un estilo Art Decó que hoy contrasta muchísimo con el resto modernista de la casa, pero que vale la pena también conservar así por diferenciar estilos.

El corazón de la casa
Casi llegamos ya al final y nos encontramos en el llamado corazón de la casa. ¿Por qué? Porqué desde aquí el señor Amatller dominaba todo lo que hacía su familia, dominaba el acceso de sus vecinos (esos que le pagaban el alquiler) y dominaba la entrada/salida del servicio por su escalera de servicio. No es casualidad, como vemos, que allí se encuentre el despacho del señor Amatller.

Cocina de servicio
Ahora sí, llegamos al final y bajamos por la escalera. En la planta baja podremos ver cómo era la cocina (de hecho, se podría incluso entrar gratis desde la calle a esta estancia). Pero antes, pasaremos por la tienda de la casa, donde encontraremos muchísima variedad de los chocolates Amatller (los que vendía la familia). ¡Nos encanta que, como detalle final, te den a probar un bombón!
Y que pasó con la fábrica de chocolates Amatller
Antoni Amatller heredó la empresa chocolatera de su padre en 1910 y la llevó a un gran éxito, convirtiéndola en una reconocida marca de chocolates en España. Amatller fue un apasionado del chocolate y trabajó en el desarrollo de nuevas recetas y productos, así como en la promoción de la marca a nivel nacional e internacional.
En 2015 la empresa fue comprada por Simón Coll, con sede en Sant Sadurní, de la que ya os contamos la visita a la fábrica en un artículo. Esto no significa que no sigan produciendo Chocolates Amatller… de hecho hoy son un sello de esta marca y están buenísimos.
Si quieres profundizar en Simón Coll, te recomendamos el artículo Visita a la fábrica de chocolates de Simón Coll
Nuestra opinión de la visita
Nos encanta la historia, nos encanta la arquitectura, nos encanta el Modernismo… No podemos negar que la visita nos gustó. Todo está muy bien cuidado y muy bien preservado. Las audioguías dan mucho detalle de todo, quizá demasiado en detalle y demasiado poco en cosas más generalistas como la época, la familia, etc. Pero, en sí, si eres un apasionado de este tipo de visitas, te va a gustar.
¿Con niños? Pues posiblemente no es el lugar que más les apetecerá ir. Los nuestros se aburrieron, no es vamos a mentir, ya que es una visita muy cultural. Pero también nos toca a veces un poco de cultura para los padres, ¿no? Y al final, con el regalito del bombón de chocolate, hicimos las paces.
Pros
- Casa muy bien cuidada y muy bonita
- Testigo de la historia y del movimiento Modernista
- Visita bien tratada desde el punto de vista cultural
- Vistazas del Passeig de Gràcia y rincones muy fotogénicos
Contras
- Precio de la entrada un poco elevado, pero se trata de una atracción en pleno centro y vale la mitad que las otras más cercanas (aunque si vas dos de Barcelona, por ejemplo, la Casa Batlló tiene 2×1 y se acerca)
- Solo es visitable la planta principal. La planta baja también puede verse una parte incluso gratis.
- Hay una parte de proyecciones y realidad virtual pero se paga a parte, y no es barato.
- No está muy pensada para niños pequeños, les puede resultar aburrido
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